Tarea -2-

¡ Quiero tener dueño !

Había una vez un murciélago para quien salir a cazar insectos era un esfuerzo terrible. Era tan comodón, que cuando un día por casualidad vio un pájaro en su jaula a través de una ventana, y vio que tenía agua y comida sin tener que hacer ningún esfuerzo, decidió que él también se convertiría en la mascota de un niño.
Empezó a madrugar, levantándose cuando aún era de día para ir a algún parque y dejarse ver por algún niño que lo adoptase como mascota.

Los niños comentaron entre ellos:
-¡Mirad! un murciélago y es de día. ¿Qué le pasará que no está durmiendo como todos los demás?

A su vez, el murciélago gritaba:
-¡Miradme chicos!. Cogedme para cuidarme que seré una buena mascota. ¡No me véis, estoy aquí!

Pero como los murciélagos son bastante feuchos, poco caso le hacían. 

El murciélago enfadado se dice a sí mismo.
-¡Caspitas! nadie me mira con buenos ojos, debe ser porque soy un murciélago y ahora de día ven mejor mi raro aspecto.

Entonces, decidió mejorar su aspecto. Se fabricó un pico, se pegó un montón de plumas alrededor del cuerpo, y se hizo con un pequeñísimo silbato, con el que consiguió que sus cantos de murcipájaro fueran un poco menos horribles. Con ello volvió a salir a probar suerte.

Los niños que estaban en el parque comentan lo que ven:
-Mirad que curioso pájaro vuela por allí.

Y así, y con mucha suerte, se encontró con dos niños que casi nunca llevaba sus gafas, y siendo miopes no veían con claridad, por ello no les importó su raro aspecto de aquel pájaro negro y pequeñajo.

El murciélago contento dijo:
-¡Por fin, qué ilusión, me han adoptado!. Así no tendré que salir siempre a buscar mi comida y mi agua.

Los niños entusiasmados por tener una mascota dijeron:
-Pequeñin, ahora te cuidaremos como nuestra mascota y no te faltará de comer ni de beber.


El murciélago fue feliz a su jaula, dentro de una casa cómoda y calentita, donde se sintió el rey de todos los murciélagos, y el más listo. Pero aquella sensación duró tanto como su hambre, pues cuando quiso comer algo, allí no había ni mosquitos ni insectos, sino abundante alpiste y otros cereales por los que el murciélago sentía el mayor de los ascos.

El murciélago enfurruñado dice:
-¡No quiero comer comida de pájaro, soy un murciélago aunque me haya cambiado aspecto! Yo como bichos y mosquitos que cazo por las noches.

Los niños asustados por su mascota, se preguntan:
-¿Qué le pasa a nuestra mascota? ¿ Por qué no come su comida? Se está quedando muy delgado y la comida está sin probar.

Los niños que le adoptaron, al notar que comenzaba a adelgazar, decidieron que no iba a dejar morir de hambre a su pajarito, y con una jeringuilla y una cuchara, consiguió que el aquel fuera el primer murciélago en darse un atracón de alpiste…

El murciélago suplica:
-¡No por favor!. No me hagáis comer eso más, me quiero ir a mi casa. Esto ha sido una mala idea, yo no puedo comer comida de pájaro.



Algunos días después, el murcipájaro consiguió escapar de aquella jaula y volver a casa.

Los niños asombrados se preguntan:
-¿Dónde está nuestra mascota?¿Por qué se ha ido?-tristes-decidieron cuidar de animales que necesitaran ayuda.

Cuando el murciélago regresó a casa, estaba tan avergonzado, que no contó a nadie lo que le había ocurrido, pero no pudo evitar que todos comentaran lo mucho que se esforzaba ahora cuando salía de caza, y lo duro y resistente que se había vuelto, sin que desde entonces volvieran a preocuparle las molestias o incomodidades de la vida en libertad.


  •                                     FIN

2 comentarios:

  1. Esta es mi grabación
    https://drive.google.com/a/salesianosatocha.es/file/d/0B-S0fjhIy4e8ZmstdF8yOXJkRWc/view?usp=docslist_api
    Un abrazo
    Roberto.

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  2. ¡Qué genial campeón! Qué ilusión escucharos a tu compañera y a ti contar el cuento.

    Muchas gracias.
    Un saludo y abrazo enorme.

    ^^

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